El objeto de este blog no es otro que compartir ideas, historias e histerias varias.
Como es mi primer blog y mi primer dia no sé muy bien lo que tengo que escribir ni cómo hacerlo, pero bueno... algo se me ocurrirá. Por ejemplo, y a bote pronto, voy a explicar el nombre que le he puesto al blog. Para entrar en calor, vaya.
Verán... Para empezar, me llamo Anxo, lo que explica la última parte del título, como los lectores más avezados ya habrán adivinado. Y considero que soy un hombre con mucha suerte. Así de claro. Cantidades industriales de suerte. Millonario en suerte, si es que eso existe.... Estarán pensando que este hecho es fantástico, que qué bien, que qué maravillosa debe de ser mi vida... Ya. Claro. Podría serlo si no fuera por un pequeño detalle, pequeñísimo, minúsculo detalle. Un fatal y cruel detalle: que toda esa cantidad de suerte... es MALA. Sí. Hay gente que, dicen, tiene una flor en el culo. Pues bien, la mía es un cactus. Lleno de pinchos.
Un pequeño ejemplo: hace 10 minutos estaba escribiendo este texto en un portátil Mac. Imagínense... un Anxo ilusionado -voy a estrenar un blog, que bien, que alegría, que bien me está saliendo, que ilusión- volcando ideas en el editor, feliz, en resumen, cuando va el Mac y se queda sin batería. Pum! Se apaga de golpe. Ni pitido de aviso ni nada. Adios tú. Pues nada, varias lineas perdidas y a escribir al Pc.
Ahora estarán pensando: "pues tampoco es tanta mala suerte, eso le puede pasar a cualquiera y no tiene importancia". Ya. Ya les dije que sólo era un ejemplo. Además. Yo digo que tengo mucha cantidad de mala suerte, pero aunque es mucha, no es del tipo fatal. Sólo son pequeños detalles que, en conjunto, te minan la moral tanto que, o te cortas las venas, o te las dejas largas y escribes un blog. Les pongo otro ejemplo clarificador de ambos tipos de mala suerte:
La mía es del tipo estás en la cola del cine para ver una película que quieres ver desde hace tiempo, que además sólo puedes ir a ver ese día, y justo cuando te toca, después de una hora en la cola, cierran la taquilla en tus narices porque se han acabado las entradas. El aforo está completo. Esto no te mata, no te hiere físicamente, no te marca emocionalmente.... pero te pillas unos cabreos....
La otra, la fatal, es la que sale en los periódicos, tipo (titular) hombre fallece debido al excremento de una paloma. (Texto de la noticia) Un hombre fallece cuando se encontraba en un concierto de Bruce Springsteen al que acudieron 100.000 espectadores, cuando al comienzo del mismo una única paloma, que había soltado el propio músico como símbolo de la paz para el Oriente Medio, se asustó con el ruido y defecó, de tal manera que el excremento fue a caer en la cabeza del fallecido, que al ser extremadamente alérgico a las heces de paloma (enfermedad muy rara que afecta a 1 de cada 30 millones de personas en el mundo) entró en Shock anafiláctico y los servicios sanitarios ya no pudieron hacer nada por reanimarle. Vale. Esta mala suerte es mucho más grave que la mía. Lo acepto.
No es que me queje. Realmente estoy acostumbrado a que me pasen todo tipo de cosas raras, algunas de las cuales les contaré (otras espero que me las cuenten ustedes a mí), y otras que no les podré contar (no quiero que me hechen del blog tan pronto).
Para acabar (me he enrrollado bastante hoy), les voy a dejar con una reflexión. ¿Por qué, despues de tantos años anunciándose que iba a estallar la burbuja inmobiliaria, va y estalla ahora? ¿Por qué, despues de años en los que las hipotecas estaban a buen precio van y suben ahora? ¿Por qué ahora, después de años subiendo de precio los pisos, van y se estancan y son dificilisimo de vender? ¿Por qué, Dios mío, me tuve que comprar un piso este año?..........
1 comentario:
Dentro quiero vivir de mi fortuna
y huir los grandes nombres que derrama
con estatuas y títulos la Fama
por el cóncavo cerco de la luna.
Si con ellos no tengo cosa alguna
común de las que el vulgo sigue y ama,
bástame ver común la postrer cama,
del modo que lo fue la primer cuna.
Y entre estos dos umbrales de la vida,
distantes un espacio tan estrecho,
que en la entrada comienza la salida,
¿qué más aplauso quiero, o más provecho,
que ver mi fe de Filis admitida
y estar yo de la suya satisfecho?
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